Un juego de niños, todo el tiempo moviendo la pelota de un campo para otro, y sin ser capaces de parar por un momento para poner las reglas del juego, supongo que ese fue el error más grande que cometimos.
Este juego ha durado ya demasiado y si me pongo a recordar ni siquiera sé el momento en el qué empezó. Las ganas están ya más que desgastadas.
Minutos, horas y segundos...momentos compartidos que creo que no voy a olvidar nunca, porque forman parte de mi y es por ellos en parte lo que soy ahora. Compartimos demasiadas cosas y supongo que no encontramos ya más lados en donde guardarlas. Sobre todo una.
He de confesar que me costará lo suyo inventar otro juego, con otras reglas...y sobre todo con un rival distinto. Será difícil desacostumbrarme de ti.
Vf.
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