De aquello que nace en el corazón...y sale por la mano...

miércoles, 6 de abril de 2011

El relato.

La duración de un relato es como un sueño, no decidimos ni el momento en el que nos dormimos, ni el sueño, no decidimos ni el momento en el que nos dormimos, ni en el que nos despertamos, y sin embargo, avanzamos, continuamos...
Quisiéramos hacer un gesto, tocar al personaje, mimarlo, cogerle la mano, por ejemplo...pero nos quedamos ahí, sin hacer nada, habrá pasado toda la vida y no habremos hecho nada...aun sabiendo que va a seguir ahí y tú, mientras tanto inerte y ausente a la vez...





V. F

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