De aquello que nace en el corazón...y sale por la mano...

viernes, 28 de enero de 2011

Ellos.

Me gusta esta sensación de no tener tiempo para pensar en preocupaciones, para dedicar el tiempo "libre" a lo que en verdad me divierte, me entretiene y me gusta de verdad.
De levantarme con ganas de ver todas esas pequeñas sonrisas que hacen de cada día una historia distinta que surge en un mundo ireal donde el más mínimo detalle cobra la mayor importancia.
Esas pequeñas personitas que te hacen sentir entre el límite de lo imaginario y lo real, y me encanta esa sensación, que me hace sentir feliz todo el día.
Por que todo lo que tú le puedas aportar no es ni la mitad de lo que ellos me dan todos los días: Alegría, tristeza, calor, afecto, cariño, llanto, dolor, sorpresa, risa, en definitiva, vida. Vida que estoy tan orgullosa de estar preparando para poder compartirla con ellos, esas pequeñas personitas a las que guío la mano para escribir sus primeras palabras y que puede que el día de mañana estén escribiendo un libro.
Estoy orgullosa, ...feliz con ellos y conmigo misma, y aunque ellos no sepan lo importantes que son para mi les dedico estas líneas que no es más que un pequeño resumen de todo lo que aprendemos juntos.

domingo, 16 de enero de 2011

Perder la memoria.

Cuantas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas, a borrarlo todo y vaciar nuestra memoria. Cuantas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo, recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. 
Algunos simplemente no esperan nada del tiempo, da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con indiferencia.
Si desearamos en algún momento perder completamente la memoria y aferrarnos  a la frase "comenzar de nuevo",  ¿cuántas cosas no perderíamos? Serían como aquellas cosas que se pierden accidentalmente en una mudanza y luego se echan de menos. Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez. Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, los abrazos mas cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa más esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro. ¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bonitos recuerdos? Dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades para soñar con un futuro perfecto que no existe, o un pedazo de cielo donde no sabemos lo que nos espera. 
¿Vale realmente la pena perder la memoria?

sábado, 15 de enero de 2011

El caramelo.

Soñar, nos lleva a otra realidad, refleja los sentimientos y activa nuestro ser en otro mundo, un mundo idealizado e incluso subrrealista, soñar es un tanto raro -por lo menos mis sueños lo son- pero aún así te hacen levantarte con esa estúpida sonrisa como si lo que has soñado hubiese ocurrido en realidad; recuerdo que era pequeña, y tuve un sueño en el que soñaba que estaba sola en una gran tienda de chuches y las guardaba toodas en los bolsillos para llevarlas a casa, al despertarme me acuerdo que metí la mano en los bolsillos con la ilusión de que hubiese algún caramelo dentro -bendita inocencia- obviamente no había nada..., por desgracia aunque mis sueños ya no sean en una tienda de chuches, creo que todavía se me sigue quedando esa carita cuando he tenido un sueño, esperando con la ilusión de que ese caramelo algún día esté en realidad. En los sueños vivimos aquello que quizás en la vida real no podremos llegar a sentir nunca y tristemente, a mi parecer creo que será así.

jueves, 13 de enero de 2011

Fecha de caducidad.

Por muchas noches en blanco que una dedique a pensar en su biografía sentimental, la verdad, esque encontrará más bien...pocas soluciones.
Podrá parchear todos los rotos del corazón, pero al final, volverá a pasar lo de siempre, que en un momento dado saltará en pedazos, como tantas otras veces, porque uno es como es y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien...es casi imposible, la verdad.
Asique... lo mejor que nos podría pasar es que las "relaciones sentimentales" vinieran con fecha de caducidad, como los yogures, así sabríamos de antemano cúal es la fecha del final...y no perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas, ni discusiones...nos dedicaríamos a disfrutar cada momento, hasta la última décima de segundo, aunque lo bueno, si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad, es que nos permite seguir soñando con que esta vez sí ese yogur puede conservarse para siempre.

miércoles, 12 de enero de 2011

Decepción.

Hoy vuelvo a recordar esa frase que una vez me dijiste. En ese momento no le encontraba sentido alguno...pero supongo que el tiempo va posicionando a cada uno en su lugar mientras tú, te quedas en medio, aturdida, sin saber en que dirección echar a andar...



Somos continuamente decepcionados por aquellos a quienes apreciamos.

lunes, 10 de enero de 2011

Quisiera..


Quisiera no tenerle miedo a nada.
Quisiera comerme el mundo, y no dejarme nada para mañana.
Quisiera cantar, bailar y disfrutar toda la noche.
Quisiera escribir un libro.
Quisiera ser tu sexto sentido.
Quisiera ser las estrellas del cielo.
Quisiera no tener preocupaciones.
Quisiera aprender de experiencias.
Quisiera ser maestra.
Quisiera abrazar a alguien tan fuerte que me faltase la respiración.
Quisiera tener a alguien con quien guardar mis secretos.


Quisiera tocar el piano.
Quisiera componer una canción.
Quisiera actuar en un musical.
   Quisiera ser inmortal.



Quisiera tirarme de un avión en paracaídas.
Quisiera poder volar.
Quisiera ser libre.
Quisiera teletransportarme para ver amigos que hace tiempo que no veo.
Quisiera sacar una sonrisa a cada niño que existe en el mundo.
Quisiera un mundo sin guerras.
Quisiera contar historias a mis nietos.
Quisiera pasar un día en el paraíso.
Quisiera tenernos para siempre.
Quisiera ser yo.

V.

lunes, 3 de enero de 2011

Vacio.

Lugar en que uno crea un mundo inexistente a partir de su propia inexistencia con la fuerza vital de la existencia de todos los que quieren existir.