De aquello que nace en el corazón...y sale por la mano...

lunes, 6 de diciembre de 2010

Espera hasta el final. Valdrá la pena.

Cada película que vemos, cada historia que nos cuentan nos implora esperar por eso, pero el tercer acto tiene un giro, la inesperada declaración de amor, la excepción a la regla, pero a veces estamos tan obsesionadas por encontrar nuestro final feliz que nos olvidamos de leer las señales. 
Y tal vez ese final feliz no incluya un chico maravilloso, es posible que ese final feliz seas tú sola, recomponiéndote y volviendo a empezar, liberándote a ti misma para algo mejor que puede haber en tu futuro. Puede que el final feliz sea simplemente pasar página. O tal vez el final feliz es éste, saber que después de esperar esas llamadas y los corazones rotos, de todas las equivocaciones y las señales malinterpretadas, de todo el dolor y la vergüenza, uno nunca jamás debe perder la esperanza.



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